Título original: Dark Places
Autor/a: Gillian Flynn
Editorial: Random House
Pág. aprox.: 408
Precio aprox.: 9.95
Sinopsis
Una historia adictiva y formidablemente escrita que, a través del misterio, indaga en el papel de la memoria y nos adentra en los sentimientos más crudos del ser humano.
Un thriller como solo Gillian Flynn, la autora de Perdida, sabe hacerlo.
Libby Day tenía siete años cuando su madre y sus dos hermanas fueron víctimas de lo que los medios llamaron la masacre de la granja de Kinnakee, Kansas. Ella salvó la vida y testificó contra su hermano Ben, a quien señaló como el culpable.
Veinticinco años después, el Kill Club -una sociedad secreta obsesionada con crímenes célebres- localiza a una Libby en franca decadencia y pretende que les ayude a escarbar en los cabos sueltos de aquella noche, quizá en busca de alguna prueba que absuelva a Ben. Ella aceptará remover el pasado y volver a contactar con personas a las que deseó olvidar, siempre y cuando reciba a cambio algún tipo de honorario.
Lo que Libby no sabe es que una verdad inimaginable saldrá a flote y la pondrá de nuevo en aquella misma situación: huyendo de la muerte en una carrera desquiciada.
La madrugada del 3 de enero de 1985 tiene lugar una masacre en la granja familiar de los Day, en Kinnakee, Kansas. La única superviviente de tal atrocidad, Libby Day, la hija pequeña. Las víctimas, Patty, Debby y Michelle Day, la madre y las dos hijas mayores respectivamente, brutalmente asesinadas en lo que aparenta ser un sacrificio satánico. El culpable, Ben Day, único hijo varón de Patty Day. Veinticinco años más tarde y con Ben cumpliendo condena, los fondos que Libby recibió tras la tragedia ocurrida a su familia se están agotando y necesita dinero. Sin saber qué hacer y sin ningún plan de futuro, en un inesperado giro del destino, una sociedad secreta dedicada a resolver crímenes mediáticos conocida como el Kill Club se pone en contacto con Libby con la esperanza de que la joven arroje luz a los hechos acontecidos durante aquella terrible noche. Cuando Libby descubre que estas personas defienden la inocencia de su hermano Ben, contra quien ella testificó en el juicio, la joven se niega a colaborar. Su hermano es culpable, Ben mató a su madre y a sus hermanas aquella noche ¿o no? Con la duda sembrada y, más aún, necesitada de dinero, Libby accede a colaborar, siempre reticente, hasta que sus indagaciones la llevan a desenterrar una verdad que cambiará para siempre su percepción acerca de aquel terrorífico 3 de enero de 1985.
Uno de mis propósitos lectores desde que descubrí Perdida (Gone Girl) de Gillian Flynn era leer toda la, por desgracia, corta bibliografía de esta autora. El año pasado tuve el privilegio de leer The Grownup, un relato corto de terror que me puso los pelos de punta para después darle la vuelta a todo y dejarme con mil y una dudas, pero con la certeza de que Gillian Flynn se había convertido en una de mis escritoras favoritísimas, aunque ya lo era desde que conocí la retorcida historia de Nick y de Amy. Con sólo dos novelas pendientes y aprovechando que ya tenía en mi poder una de ellas, me decidí a empezar Lugares Oscuros (Dark Places) advertida de que era un thriller, como indica su propio título, oscuro y de situaciones que me revolverían el estómago. Ya os confirmo que así ha sido, porque para quien, como yo, no esté acostumbrado al thriller, Lugares Oscuros no es una lectura fácil. Sin embargo, lo he dicho siempre y me reafirmo en que Gillian Flynn tiene un talento excepcional y en la que fuera su segunda publicación demuestra que no teme adentrarse en la oscuridad que habita dentro del ser humano.
En lo que es el sello personal de la autora, Lugares Oscuros cuenta con una protagonista femenina que rompe todos los estereotipos. Libby Day es una joven egoísta, vaga y calculadora, con cierta tendencia a la cleptomanía y que no se avergüenza de aprovecharse de los demás. Una mujer que ha sufrido y que ha perdido y no piensa desaprovechar la oportunidad de sacar dinero con ello. No siempre ha sido así, aunque su madre ya intuía cuán manipuladora era. Fue la pérdida de su familia a manos de aquella masacre lo que abocó a Libby a convertirse en la mujer que es en la actualidad. Una mujer que empieza siendo una antiheroína, a la que será difícil comprender, y que acaba por convertirse si no en la heroína de su propia vida, al menos en una mujer dispuesta a luchar por sí misma.
Personajes como Libby Day son los que espero encontrarme cuando me adentro en las novelas de Gillian Flynn y, en esta ocasión, no decepciona. Es cierto que Libby no es un modelo de conducta, pero tampoco pretende serlo. Es una mujer con tacha y eso me ha encantado. La joven abraza quién es, reconoce sus faltas y todo aquello en lo que le gustaría mejorar y en la búsqueda por descubrir qué ocurrió aquella fatídica noche, también se dará cuenta del valor que tiene su propia vida para sí misma. Una evolución personal casi a trompicones, pero completamente fascinante. Sin embargo, no es la única. El resto de personajes implicados en el crimen de la granja de los Day y en cuyo desarrollo recae el peso de la trama es tan complejo como la propia Libby y asombra descubrir cómo Gillian Flynn ha creado personajes tan crudos y reales que más de una vez es insoportable seguir leyendo, imposible excusarles su comportamiento y más aún aceptar la propia naturaleza humana, personificada en estos imperfectos seres que sólo intentan hacer de su vida lo mejor que pueden con las cartas que les han tocado. De ellos no voy a aportar nada porque es una delicia casi morbosa conocerlos poco a poco, pero sí que me veo impelida a alabar su excelente trazado, en concreto los de Patty y Ben, quienes compartirán el protagonismo con Libby y en tercera persona narrarán los eventos acontecidos desde el 2 de enero de 1985 hasta la madrugada de los crímenes del día siguiente. Mención especial a todos los personajes femeninos de la novela, desde las hermanas Day, la tía Diane y Krissi Cates hasta Diondra, ejemplos de que ser mujer no implica ser un dechado de virtudes, sino un completo desastre y, aún así, ser tan reales como cualquiera.
En cuanto a la trama, Lugares Oscuros tampoco se queda atrás y nos presenta una historia perfectamente hilada, donde cada pequeño detalle es una pieza más de este atroz puzzle impregnado de sangre. Es así como la novela nos sumerge de lleno en el corazón de Estados Unidos, donde humildes granjeros y vastos campos de trigo conviven con el tráfico de opiáceos y sacrificios hechos a Satanás. Una combinación que tuvo como resultado la masacre de Kinnakee, ¿o acaso todo eso del culto al diablo sólo fueron habladurías? Muchos rumores corrieron en Kansas después de aquello y, mientras Libby investiga cuánto de lo que se dijo después de aquella noche era verdad y hasta dónde alcanza la implicación de Ben, una inquietante y siniestra historia se nos revela poco a poco, tan adictiva que no querrás dejarla hasta resolver el sangriento crimen, pero tan oscura que te verás obligad@ a detenerte y procesar todo lo leído.
Confieso que las sensaciones que me ha provocado la lectura de Lugares Oscuros es una de las razones por las que no me acerco al género del thriller. La mera descripción del asesinato de las víctimas y algunos de los eventos claves en los que se ven envueltos algunos de los personajes son tan espeluznantes que he tenido que racionar la lectura y despejar la mente en cuanto dejaba el libro porque la masacre de Kinnakee se negaba a soltarme. Un aspecto de la lectura que es necesario valorar, ya que si bien Lugares Oscuros me ha removido por dentro y no siempre en términos positivos, en líneas generales me ha parecido una novela impresionante y trepidante, llena de claroscuros, de personajes terriblemente imperfectos y con un final sorprendente que no decepciona. Además y como dato curioso me ha encantado ver cómo en Lugares Oscuros (Dark Places) ya se perfilan aspectos y temas que más tarde la autora tratará en Perdida (Gone Girl).
Uno de mis propósitos lectores desde que descubrí Perdida (Gone Girl) de Gillian Flynn era leer toda la, por desgracia, corta bibliografía de esta autora. El año pasado tuve el privilegio de leer The Grownup, un relato corto de terror que me puso los pelos de punta para después darle la vuelta a todo y dejarme con mil y una dudas, pero con la certeza de que Gillian Flynn se había convertido en una de mis escritoras favoritísimas, aunque ya lo era desde que conocí la retorcida historia de Nick y de Amy. Con sólo dos novelas pendientes y aprovechando que ya tenía en mi poder una de ellas, me decidí a empezar Lugares Oscuros (Dark Places) advertida de que era un thriller, como indica su propio título, oscuro y de situaciones que me revolverían el estómago. Ya os confirmo que así ha sido, porque para quien, como yo, no esté acostumbrado al thriller, Lugares Oscuros no es una lectura fácil. Sin embargo, lo he dicho siempre y me reafirmo en que Gillian Flynn tiene un talento excepcional y en la que fuera su segunda publicación demuestra que no teme adentrarse en la oscuridad que habita dentro del ser humano.
En lo que es el sello personal de la autora, Lugares Oscuros cuenta con una protagonista femenina que rompe todos los estereotipos. Libby Day es una joven egoísta, vaga y calculadora, con cierta tendencia a la cleptomanía y que no se avergüenza de aprovecharse de los demás. Una mujer que ha sufrido y que ha perdido y no piensa desaprovechar la oportunidad de sacar dinero con ello. No siempre ha sido así, aunque su madre ya intuía cuán manipuladora era. Fue la pérdida de su familia a manos de aquella masacre lo que abocó a Libby a convertirse en la mujer que es en la actualidad. Una mujer que empieza siendo una antiheroína, a la que será difícil comprender, y que acaba por convertirse si no en la heroína de su propia vida, al menos en una mujer dispuesta a luchar por sí misma.
Personajes como Libby Day son los que espero encontrarme cuando me adentro en las novelas de Gillian Flynn y, en esta ocasión, no decepciona. Es cierto que Libby no es un modelo de conducta, pero tampoco pretende serlo. Es una mujer con tacha y eso me ha encantado. La joven abraza quién es, reconoce sus faltas y todo aquello en lo que le gustaría mejorar y en la búsqueda por descubrir qué ocurrió aquella fatídica noche, también se dará cuenta del valor que tiene su propia vida para sí misma. Una evolución personal casi a trompicones, pero completamente fascinante. Sin embargo, no es la única. El resto de personajes implicados en el crimen de la granja de los Day y en cuyo desarrollo recae el peso de la trama es tan complejo como la propia Libby y asombra descubrir cómo Gillian Flynn ha creado personajes tan crudos y reales que más de una vez es insoportable seguir leyendo, imposible excusarles su comportamiento y más aún aceptar la propia naturaleza humana, personificada en estos imperfectos seres que sólo intentan hacer de su vida lo mejor que pueden con las cartas que les han tocado. De ellos no voy a aportar nada porque es una delicia casi morbosa conocerlos poco a poco, pero sí que me veo impelida a alabar su excelente trazado, en concreto los de Patty y Ben, quienes compartirán el protagonismo con Libby y en tercera persona narrarán los eventos acontecidos desde el 2 de enero de 1985 hasta la madrugada de los crímenes del día siguiente. Mención especial a todos los personajes femeninos de la novela, desde las hermanas Day, la tía Diane y Krissi Cates hasta Diondra, ejemplos de que ser mujer no implica ser un dechado de virtudes, sino un completo desastre y, aún así, ser tan reales como cualquiera.
En cuanto a la trama, Lugares Oscuros tampoco se queda atrás y nos presenta una historia perfectamente hilada, donde cada pequeño detalle es una pieza más de este atroz puzzle impregnado de sangre. Es así como la novela nos sumerge de lleno en el corazón de Estados Unidos, donde humildes granjeros y vastos campos de trigo conviven con el tráfico de opiáceos y sacrificios hechos a Satanás. Una combinación que tuvo como resultado la masacre de Kinnakee, ¿o acaso todo eso del culto al diablo sólo fueron habladurías? Muchos rumores corrieron en Kansas después de aquello y, mientras Libby investiga cuánto de lo que se dijo después de aquella noche era verdad y hasta dónde alcanza la implicación de Ben, una inquietante y siniestra historia se nos revela poco a poco, tan adictiva que no querrás dejarla hasta resolver el sangriento crimen, pero tan oscura que te verás obligad@ a detenerte y procesar todo lo leído.
Confieso que las sensaciones que me ha provocado la lectura de Lugares Oscuros es una de las razones por las que no me acerco al género del thriller. La mera descripción del asesinato de las víctimas y algunos de los eventos claves en los que se ven envueltos algunos de los personajes son tan espeluznantes que he tenido que racionar la lectura y despejar la mente en cuanto dejaba el libro porque la masacre de Kinnakee se negaba a soltarme. Un aspecto de la lectura que es necesario valorar, ya que si bien Lugares Oscuros me ha removido por dentro y no siempre en términos positivos, en líneas generales me ha parecido una novela impresionante y trepidante, llena de claroscuros, de personajes terriblemente imperfectos y con un final sorprendente que no decepciona. Además y como dato curioso me ha encantado ver cómo en Lugares Oscuros (Dark Places) ya se perfilan aspectos y temas que más tarde la autora tratará en Perdida (Gone Girl).
Lugares Oscuros es un relato sombrío con el que Gillian Flynn demuestra, una vez más, lo brillantemente retorcido de su estilo. Una trama oscura y sobrecogedora, centrada en la resolución de un cruento asesinato en una desolada granja en el corazón de América y un elenco de personaje que jugaron a ser víctimas y verdugos de una tragedia que nunca debió de haber ocurrido, pero que marcó sus vidas para siempre. Una novela trepidante, estremecedora y muy adictiva, que invadirá tus pensamientos y te mantendrá al borde del asiento, dándole vueltas a los posibles escenarios que expliquen qué sucedió aquella noche de 1985 y quién es el culpable de tan atroz crimen sólo para descubrir que nada es lo que parece. Inquietantemente excelente.
Autor/a
Gillian Flynn, escritora estadounidense y ex crítica de televisión para Entertainment Weekly, alcanzó la fama con su novela Perdida, que consiguió un extraordinario éxito de crítica y ventas. Su primera novela, Heridas abiertas, fue finalista del premio Edgar de novela negra y galardonada con el premio Fleming Steel Dagger 2007 al mejor thriller; la segunda, Lugares Oscuros (La llamada del Kill Club), fue elegida libro favorito del año por los reseñistas del New Yorker, mejor lectura del verano según la revista Week-end Today, mejor libro de 2009 según Publishers Weekly y mejor novela según el Chicago Tribune. Las novelas de Flynn han sido publicadas en veintiocho países. Gillian Flynn vive en Chicago con su marido y su hijo. (Megustaleer.com)
Gracias por leer...