Autor/a: Paullina Simons
Editorial: DeBolsillo
Pág. aprox.: 960
Precio aprox.: 10.95 (papel)/ 6.99 (digital)
Trilogía El Jinete de Bronce
El Jinete de Bronce (Reseña)
Tatiana y Alexander (Reseña)
El Jardín de Verano
Precio aprox.: 10.95 (papel)/ 6.99 (digital)
Trilogía El Jinete de Bronce
El Jinete de Bronce (Reseña)
Tatiana y Alexander (Reseña)
El Jardín de Verano
Sinopsis
Después de sobrevivir a la guerra y al sufrimiento en las heladas llanuras de Europa, Tatiana, Alexander y el pequeño Anthony afrontan con ilusión una nueva etapa en Estados Unidos. Refugiándose en el trabajo y en la mutua compresión, van en busca de un lugar en el que establecerse para restañar las heridas y liberarse por fin de los tormentosos recuerdos del pasado. Pero en ocasiones el paraíso no está al alcance de la mano, y los giros del camino ocultan dificultades que pondrán a prueba sus más hondas convicciones y harán tambalear un amor que hasta ahora había demostrado ser inquebrantable.
En un último esfuerzo, Tatiana y Alexander deberán encontrar el rastro que les llevará a aquel momento prístino en el que se conocieron, a su particular Jardín de Verano.
Opinión
Debo confesar que tengo esta reseña en mi lista de borradores desde hace más tiempo del que me gustaría admitir. Empecé a tomar notas cuando me adentré en la lectura de El Jardín de Verano hace ya unos años, pero, sin apenas llegar a las cien páginas de la novela, tuve que abandonar tanto el libro como su correspondiente reseña. Reconozco que nunca llegué a conectar con la historia de amor de Tatiana y Alexander como el resto de la comunidad lectora, pero había algo que me impulsaba a continuar, quizás el elemento histórico de la trama o, me atrevería a decir, la admiración y el cariño que muchas lectoras sentían por la trilogía. Yo también quería experimentar ese entusiasmo, pero no pudo ser. Con todo, los dos primeros volúmenes de la trilogía me gustaron y me interesaba leer este último, ya que parecía ser el que más opiniones encontradas había suscitado. Y vaya si entendí el por qué. El Jardín de Verano me ayudó a comprender a partes iguales los motivos por los que me habían gustado sus predecesoras y la razón de que no llegara a conectar como esperaba con el amor de Tatiana y Alexander. Después de eso, abandoné varias veces la novela y la leí poco a poco a lo largo de los años siguientes hasta finalizarla, más con la intención de terminar lo que había empezado y no dejar la trilogía a medias que de descubrir el final de esta tumultuosa historia.
Por fin Tatiana y Alexander han dejado atrás los horrores de la guerra y ahora viven junto a su hijo Anthony como nómadas en Estados Unidos. Sin embargo, la guerra no los ha abandonado a ellos. Horribles pesadillas mantienen despierto a Alexander por las noches, pero también le atormentan por el día. Por su parte, Tatiana está decidida a vivir el presente lo mejor que puede, a centrarse en el cuidado de su hijo y en construir para ella y para Alexander la vida con la que tantas veces soñaron. No obstante, será más difícil de lo que suponía ninguno de los dos. ¿Podrán Tatiana y Alexander luchar una vez más por alcanzar su ansiado final feliz o la marca que ha dejado la guerra y el pasado en sus vidas es indeleble?
El Jardín de Verano narra lo que toda lectora se pregunta una vez llega al final de una historia, ¿qué ocurre después del final feliz? ¿Cómo es la vida de los personajes una vez han superado todas las adversidades? En el final de la trilogía, Paullina Simons se atreve a dar respuestas a esas preguntas y explora sin tapujos la vida de Tatiana y Alexander una vez comienzan su vida juntos en Estados Unidos. Y es ahí donde reside la fortaleza de la novela, en la cotidianidad de la trama, en lo real de las situaciones, en lo crudo y complicado de las relaciones humanas y las emociones que suscitan. Sin embargo, y al mismo tiempo, son esos mismos aspectos los que han hecho de El Jardín de Verano una lectura difícil y dura, tanto por las situaciones que se tratan, como el comportamiento que acaban adoptando ambos protagonistas ante las mismas, y que a mí no me han convencido.
De hecho, para mí ha sido la relación de Tatiana y Alexander y sus respectivas actitudes lo que me ha decepcionado. Admito que no las tenía todas conmigo en lo que a su historia de amor se refiere, ya que, desde El jinete de bronce, Alexander presentaba un comportamiento casi machista, que, aunque responde a la época a la que pertenece, hace que me sea imposible empatizar con él o con su situación. Por su parte, Tatiana sí que me parece un personaje femenino complejo, que ha crecido y madurado, y que, aunque cede a Alexander por el amor que le tiene, también anhela cosas para sí misma, lucha por lo que quiere y es consciente de que su marido es, a veces, muy injusto con ella. Pese a ello, en este último volumen de la trilogía, Tatiana y Alexander se adentran en un patrón repetitivo e, incluso, tóxico, de peleas y discusiones y sexo y vuelta a empezar. Además, durante estos momentos el pobre Anthony, el primogénito de ambos, siempre queda en medio cuando sus padres discuten y tanto Tatiana como Alexander le ponen en posiciones incómodas y desagradables que llevan a reflexionar sobre cómo se trata a los menores cuando un matrimonio atraviesa problemas que no saben cómo arreglar.
Quizás otro de los aspectos que no me ha terminado de convencer del todo ha sido el ritmo general de la novela, lento y reiterativo en algunas tramos, y esa última parte en la que se produce un salto temporal repentino y la autora se mete de lleno en la Guerra de Vietnam. Desde el punto de vista histórico me ha parecido que, tanto ese acontecimiento bélico como el resto de la novela, están muy bien documentados y son muy interesantes, además de que Paullina Simons lo narra con una naturalidad y autenticidad muy notables, pero, en mi opinión, hubiera preferido que el foco de la trama de El jardín de verano hubiera permanecido en Tatiana y Alexander y en cómo alcanzarían su final feliz después de aceptar lo que el pasado le hizo a ambos y cómo deben aprender a ser unas nuevas personas ahora que han tenido que luchar contra sus demonios personales y que, pese a los errores que han cometido, los han superado. Aún así, Paullina Simons les da todo eso en un epílogo que conecta perfectamente con aquel precioso encuentro entre los protagonistas en la ciudad de Leningrado que lo empezó todo.
El jardín de verano cierra la trilogía de Tatiana y Alexander y lo hace explorando sin tapujos lo que ocurre después del ansiado final feliz. Una lectura intensa, muchas veces frustrante y más de una vez desesperante, pero muy real. Paullina Simons no se lo pone nada fácil a sus protagonistas y tanto Tatiana como Alexander tendrán que luchar con uñas y dientes contra todo y contra todos e, incluso, contra sí mismos para poder conservar su amor y, aunque no siempre será sencillo, es una batalla por la que ambos están dispuestos a dar su propia vida. Un final agridulce, realista y sincero.
Autor/a
Paullina Simons nació y se crió en Leningrado. Emigró a Estados Unidos junto a su familia en los años setenta. Es autora de novelas de éxito internacional, como El sueño imposible y la trilogía compuesta por El jinete de bronce, Tatiana y Alexander, y El Jardín de Verano. Sus libros han cautivado el corazón de miles de lectores en todo el mundo. (megustaleer.com)
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