viernes, 22 de enero de 2016

Reseña: Lejos del mundanal ruido - Thomas Hardy

Título: Lejos del mundanal ruido
Título original: Far from the madding crowd
Autor: Thomas Hardy
Editorial: Alba Editorial
Páginas aprox.: 584
Precio aprox.: 28.50 (papel) /9.49 (ebook)
Sinopsis
Bathsheba Everdene, una muchacha con una sonrisa «de las que sugieren que los corazones son cosas que se pierden y se ganan», hereda, a la muerte de su tío, la mayor granja del pueblo de Weatherbury. Tres hombres rondan a esta joven propietaria, «fuerte e independiente», que sin duda está en situación de elegir: el pastor Gabriel Oak, empleado suyo tras un desafortunado intento de independizarse, y que padece con silencioso aplomo su diferencia de posición; el hacendado Boldwood, un rico y maduro solterón, algo oscuro y poco delicado, pero capaz de amar con una intensidad imprevisible; y el sargento Francis Troy, apuesto, acostumbrado a los favores del mundo, conquistador. Bathsheba puede elegir, pues, y elige… aunque en poco tiempo habrá de descubrir que ha renunciado «a la sencillez de su vida de soltera para convertirse en la humilde mitad de un indiferente todo matrimonial».

Lejos del mundanal ruido (1874) no es sólo un formidable retrato de una heroína victoriana que sabe que «es difícil para una mujer definir sus sentimientos en un lenguaje creado principalmente por el hombre para expresar los suyos». Es también un fresco pastoril de resonancias shakespeareanas, donde el paisaje y la historia, la naturaleza y la cultura, mantienen un diálogo tenso y complejo, lleno de pequeñas sutilezas e ironías. Thomas Hardy alcanzó con esta novela su primer gran éxito, y también la que quizá sea la más amable de sus obras maestras.

Opinión
Si tuviera que elegir cuáles han sido las películas que más me han gustado del 2015, sin duda entre ellas estaría Lejos del mundanal ruido o, en su versión original, Far From the Madding Crowd. Hacía muchísimo tiempo que no encontraba un film tan bonito, tanto por su estética y su banda sonora como por la historia que narra. Por ello y porque me encanta Thomas Hardy desde que leí su Tess, la de los d'Ubervilles, tenía que leer la novela en la que se basa tan magnífica adaptación. Así fue como sin pensármelo dos veces me lancé a la lectura de Lejos del mundanal ruido para revivir la historia de Bathsheba y sus tres pretendientes, todos ellos diferentes entre sí, pero con una cosa en común, el amor y la pasión que la joven les despierta. 

Bathsheba Everdene es una mujer independiente  y orgullosa que acaba de heredar las propiedades de su tío en el tranquilo pueblo de Weatherbury. Será entonces cuando tres hombres se crucen en su vida: el pastor Gabriel Oak, con quien comparte un pasado no muy lejano, el hacendado William Bolwood, que queda prendado de ella después de cierto malentendido, y el sargento Francis Troy, un hombre que despierta en la joven sentimientos que no sabía que era capaz de albergar. Bathsheba, que se había dicho una vez a sí misma que jamás se casaría, acaba traicionando sus palabras sólo para descubrir que quizás no debería haberlo hecho. 

Abordar la reseña de un clásico de la literatura siempre me ha parecido una de las cosas más difíciles que he tenido que hacer en el blog y con Lejos del mundanal ruido tengo la misma impresión. ¿Cómo hablar de las desventuras, amores, traiciones y pasiones de Bathsheba, Gabriel, Bolwood y Troy? Que no se diga que no lo he intentado.  

En primer lugar y porque por algún sitio tendré que empezar, uno de los aspectos que más me gusta de las novelas de Hardy que he tenido el placer de leer es que su protagonista sea una mujer como Tess o, en este caso, como Bathsheba. No sé dónde quedaron esas heroínas sumisas y atolondradas que no saben seguir viviendo sin el hombre de turno. Hardy consigue otorgarles una fortaleza de voluntad y un temperamento impropio de la época que no puedo sino aplaudir. Y, aunque, si bien es cierto, Bathsheba actúa sin pensar la mayoría de las veces con respecto a sus sentimientos por sus tres pretendientes, no he podido evitar entenderla y respetarla, porque como ella misma dice: "Es difícil para una mujer definir sus sentimientos en un lenguaje creado principalmente por el hombre para expresar los suyos." 

Aparte de Bathsheba, como protagonistas de esta excepcional novela, también están los tres hombres que la rondan; Gabriel, Troy y Bolwood. Reconozco que, después de ver la película, yo ya tenía favorito, pero me ha gustado muchísimo conocer sus personalidades tal cual las creó Hardy. Quizás esta ha sido una de las mayores sorpresas que me he llevado al realizar la inevitable comparación, ya que, gracias a las múltiples descripciones de sus caracteres y sus acciones, he podido conocer a tres personajes iguales y, al mismo tiempo, completamente diferentes a los de la adaptación. 

Por un lado, está Gabriel Oak, un humilde pastor que se enamora de Bathsheba prácticamente en cuanto la ve, pero, cuando ella le rechaza, su amor no disminuye ni un ápice. No obstante y, pese a ello, Gabriel acepta su situación, se aparta a un lado y permite que Bathsheba viva su vida, sin importar con quién decida compartirla. La relación que se establece entonces entre ellos es una de las más singulares y dulces, en la que prevalece la amistad y, por encima de ella, el respeto. Por supuesto, eso no impide que te preguntes una y otra vez si terminarán juntos o no, aunque es verdad que ayuda mucho si ya has disfrutado de la adaptación. 

Los otros dos pretendientes mantienen una relación completamente diferente a la de Gabriel con Bathsheba. El sargento Francis Troy es un hombre que vive al día, que no manifiesta ningún interés en lo que pase mañana y que está confuso sobre sus sentimientos. Su relación previa no terminó muy bien y eso impide que pueda ofrecer a Bathsheba lo mismo que ella le da a él. Para mí, ha sido Troy quien más cambia con respecto a la película. En Lejos del mundanal ruido me he encontrado con un Francis Troy más profundo, cercano y complejo que, pese a que no es santo de mi devoción, tengo que admitir que está muy bien construido. Su actitud es difícilmente justificable en algunas ocasiones, pero en la novela puedes llegar a comprender el por qué de su comportamiento. No puedo decir lo mismo de William Bolwood, un hombre sencillo que jamás había conocido el amor y que, en ese desconocimiento, pierde la esencia de su carácter para acabar reducido a un completo esclavo de su corazón, algo que le acarreará una gran desgracia. Sinceramente, de los tres personajes masculinos, es Bolwood con quien menos he podido conectar y me da lástima porque considero que, al igual que el resto, está bien trazado.  

Si hay algo que me gustaría destacar de Lejos del mundanal ruido, por encima de cualquier otro elemento, es el estilo de Thomas Hardy. Tess, la de los d'Ubervilles es una novela que recuerdo con gran cariño por su crudeza, su sinceridad, su naturalidad y la fuerza de la propia Tess, una de esas heroínas que jamás se rinden a pesar de los obstáculos. Sin embargo, no me acordaba con claridad de lo bien que escribía este autor. En Lejos del mundanal ruido me he encontrado descripciones exquisitas, delicadas, profundas y maravillosas que logran transportarte a otra época y a otro lugar. Me queda la sensación de haber vivido por un tiempo en Weatherbury, en haber sido testigo de los cambios de estación, en haber compartido sus costumbres, así como las alegrías y las penas de estos personajes con personalidad y vida propia, en haber visto cómo, pese a todo, logran seguir adelante, de una forma u otra. 

Lejos del mundanal ruido es uno de esos clásicos por descubrir. Thomas Hardy vuelve a regalarnos un drama rural protagonizado por una de esas heroínas casi feministas y unos personajes masculinos con valores muy distintos entre sí, pero en el fondo no tan diferentes. Una historia repleta de romanticismo, valor y fortaleza que convierte al autor británico y su obra en imprescindibles. 

Autor/a
Thomas Hardy nació en 1840 en Higher Bockhampton (Dorset), hijo de un maestro de obras. Fue aprendiz y discípulo de un arquitecto en Dorchester y posteriormente delineante en Londres, en pleno fervor del estilo neogótico. En 1872, animado por George Meredith tras haber conseguido publicar tres novelas, abandonó la arquitectura para dedicarse a escribir.

Web de la editorial: http://www.albaeditorial.es/
Gracias por leer...

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