Título original: Tess of the D'Ubervilles
Música: Robert Lane
Fotografía: Wojciech Szepel
Guion: David Nicholls (Novela: Thomas Hardy)
Director: David Blair
Reparto:
Gemma Arterton, Eddie Redmayne, Hans Matheson, Ruth Jones,
Ian Puleston-Davies, Christopher Fairbank, Jo Woodcock, Steven Robertson,
Hugh Skinner, Jodie Whittaker, Kenneth Cranham, Donald Sumpter,
Gemma Arterton, Eddie Redmayne, Hans Matheson, Ruth Jones,
Ian Puleston-Davies, Christopher Fairbank, Jo Woodcock, Steven Robertson,
Hugh Skinner, Jodie Whittaker, Kenneth Cranham, Donald Sumpter,
Rebekah Staton, Jessica Turner, Jeany Spark
Sinopsis:
Tess, la de los d’Urberville retrata la vida rural del sur de Inglaterra a través de la figura de la protagonista, descendiente de una familia aristocrática empobrecida. Forzada por un aristócrata y condenada por una sociedad de moral estricta, Tess se rebela contra el destino que se le impone guiada por su innata independencia, su incapacidad de comprender el doble rasero con el que se juzga la conducta de los sexos y, sobre todo, por sus deseos de alcanzar la felicidad.
Opinión:
Una de mis mejores lecturas del año pasado fue Tess, la de los D'Ubervilles de Thomas Hardy (Reseña). La mayoría de clásicos han sido adaptados al cine o a la televisión, al menos, una vez y para seguir disfrutando de esta triste y preciosa historia decidí ver alguna de sus versiones. Quizás la más conocida es Tess, dirigida por Roman Polanski, pero esta última adaptación de la BBC de 2008 fue la que me llamó más la atención. Un reparto que me era familiar y el hecho de que fuera una miniserie de cuatro capítulos hicieron que me decantara por ella finalmente y aunque no descarto ver la de 1979, esta versión de 2008 retrata a la perfección el clásico británico.
Tess, de los D'Ubervilles nos adentra en la Inglaterra del siglo XIX, concretamente en la región de Wessex, donde en un pequeño pueblo reside la joven Tess, interpretada por Gemma Arterton. La actriz logra captar y transmitir todos los matices que componen al personaje de Tess, su inocencia y su fragilidad, su decisión y su seguridad, su fortaleza y su debilidad. Tal y como ocurre en el libro la actitud de Tess, cómo afronta sus circunstancias, cómo pese a todo logra salir adelante tratando de labrarse un futuro y cómo parece tropezar una y otra vez con la misma piedra provoca en el espectador miles de emociones contradictorias. Más de una vez piensas lo ingenua que es por dejarse engañar y al segundo siguiente lo fuerte que es por no permitir que lo que le ha ocurrido le impida seguir viviendo. Sin embargo, la mayoría de las veces la simpatía y el cariño hacia Tess es superior a todo lo demás porque conoces a los responsables de sus desgracias, Alec D'Uberville y Angel Clare. Sí, dos hombres muy distintos entre sí intelectual y moralmente, pero igual de perjudiciales para nuestra dulce protagonista.
Alec D'Uberville, a quien da vida con maestría Hans Matheson, es un noble que se cruza en la vida de Tess cuando ésta acude a él para pedirle ayuda. El padre de la joven, al enterarse de que sus ascendientes eran de la familia D'Uberville, le ordena ir a solicitar ayuda a los miembros actuales del noble linaje, empujando a Tess sin saberlo a un destino que marcará el resto de sus días. Hans Matheson, si bien no se asemeja físicamente a la descripción hecha en el libro por el autor, hace suyo al personaje y en cuanto a la personalidad de Alec es perfecto para el papel. Nos muestra su lado descarado y sin escrúpulos, así como esa parte de sí mismo que está atormentada, esa constante sensación de que su madre no le aprecia y que no se siente orgullosa de él. Alec es quien mancilla la virtud de Tess, el origen de sus problemas, y pese a que tienes la certeza de que no la quiere para nada, hacia el final de la historia su pequeño cambio de comportamiento influye de alguna manera en nuestra visión sobre él, que ya no sabemos si es negativísma o sólo negativa tirando a lástima.
Por otro lado tenemos a Angel Clare, personaje interpretado por Eddie Redmayne, el pretendiente de Tess. La aparición de este personaje en la vida de nuestra protagonista es esperanzadora, quizás por fin tenga su final feliz, puede que no esté todo perdido. Angel, un joven ambicioso de buena familia, se decanta por el trabajo rural en vez de seguir los pasos de su padre clérigo. Durante su estancia en una granja lechera se enamora perdidamente de la hermosa Tess, pero ¿soportará conocer el secreto que ella oculta? Eddie Redmayne retrata al personaje de Thomas Hardy con una sencilla corrección y traslada a la pequeña pantalla la misma actitud de superioridad moral que ya se observaba en la novela, así como el amor que le profesa a Tess. El actor le otorga más cercanía al personaje y cae en gracia al espectador durante los momentos esenciales de la historia que se desarrolla entre Tess y Angel.
No obstante, si hay algo que me gustaría destacar es la preciosa localización, ambientación y decorados de la miniserie. Adoro esos paisajes de amplios campos del color de la esmeralda, esas enormes extensiones de tierra que nos trasladan directamente a la Inglaterra del siglo XIX. Es uno de los aspectos que, para mí, distinguen a las adaptaciones de novelas clásicas inglesas.
Tess, de los D'Ubervilles cuenta con un reparto más que adecuado para representar a los personajes que tan bien retrató Thomas Hardy en su maravillosa novela. Una historia sobre la desgracia, el amor, la pasión, la fuerza y la voluntad, con una ambientación y un vestuario muy cuidado, que nos sumergen en la vida de Tess, una mujer que se niega a rendirse ante las adversidades.
Tess, de los D'Ubervilles nos adentra en la Inglaterra del siglo XIX, concretamente en la región de Wessex, donde en un pequeño pueblo reside la joven Tess, interpretada por Gemma Arterton. La actriz logra captar y transmitir todos los matices que componen al personaje de Tess, su inocencia y su fragilidad, su decisión y su seguridad, su fortaleza y su debilidad. Tal y como ocurre en el libro la actitud de Tess, cómo afronta sus circunstancias, cómo pese a todo logra salir adelante tratando de labrarse un futuro y cómo parece tropezar una y otra vez con la misma piedra provoca en el espectador miles de emociones contradictorias. Más de una vez piensas lo ingenua que es por dejarse engañar y al segundo siguiente lo fuerte que es por no permitir que lo que le ha ocurrido le impida seguir viviendo. Sin embargo, la mayoría de las veces la simpatía y el cariño hacia Tess es superior a todo lo demás porque conoces a los responsables de sus desgracias, Alec D'Uberville y Angel Clare. Sí, dos hombres muy distintos entre sí intelectual y moralmente, pero igual de perjudiciales para nuestra dulce protagonista.
Alec D'Uberville, a quien da vida con maestría Hans Matheson, es un noble que se cruza en la vida de Tess cuando ésta acude a él para pedirle ayuda. El padre de la joven, al enterarse de que sus ascendientes eran de la familia D'Uberville, le ordena ir a solicitar ayuda a los miembros actuales del noble linaje, empujando a Tess sin saberlo a un destino que marcará el resto de sus días. Hans Matheson, si bien no se asemeja físicamente a la descripción hecha en el libro por el autor, hace suyo al personaje y en cuanto a la personalidad de Alec es perfecto para el papel. Nos muestra su lado descarado y sin escrúpulos, así como esa parte de sí mismo que está atormentada, esa constante sensación de que su madre no le aprecia y que no se siente orgullosa de él. Alec es quien mancilla la virtud de Tess, el origen de sus problemas, y pese a que tienes la certeza de que no la quiere para nada, hacia el final de la historia su pequeño cambio de comportamiento influye de alguna manera en nuestra visión sobre él, que ya no sabemos si es negativísma o sólo negativa tirando a lástima.
Por otro lado tenemos a Angel Clare, personaje interpretado por Eddie Redmayne, el pretendiente de Tess. La aparición de este personaje en la vida de nuestra protagonista es esperanzadora, quizás por fin tenga su final feliz, puede que no esté todo perdido. Angel, un joven ambicioso de buena familia, se decanta por el trabajo rural en vez de seguir los pasos de su padre clérigo. Durante su estancia en una granja lechera se enamora perdidamente de la hermosa Tess, pero ¿soportará conocer el secreto que ella oculta? Eddie Redmayne retrata al personaje de Thomas Hardy con una sencilla corrección y traslada a la pequeña pantalla la misma actitud de superioridad moral que ya se observaba en la novela, así como el amor que le profesa a Tess. El actor le otorga más cercanía al personaje y cae en gracia al espectador durante los momentos esenciales de la historia que se desarrolla entre Tess y Angel.
No obstante, si hay algo que me gustaría destacar es la preciosa localización, ambientación y decorados de la miniserie. Adoro esos paisajes de amplios campos del color de la esmeralda, esas enormes extensiones de tierra que nos trasladan directamente a la Inglaterra del siglo XIX. Es uno de los aspectos que, para mí, distinguen a las adaptaciones de novelas clásicas inglesas.
Tess, de los D'Ubervilles cuenta con un reparto más que adecuado para representar a los personajes que tan bien retrató Thomas Hardy en su maravillosa novela. Una historia sobre la desgracia, el amor, la pasión, la fuerza y la voluntad, con una ambientación y un vestuario muy cuidado, que nos sumergen en la vida de Tess, una mujer que se niega a rendirse ante las adversidades.
Trailer:
Gracias por leer...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar tus comentarios acerca de lo que te ha parecido la entrada, pero el único requisito para hacerlo es que sea siempre con respeto. Los comentarios serán bien recibidos siempre y cuando no contengan spam ni insultos...